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El texto anterior supone el gran ejemplo de la psicología humana en la 'Guerra de las Galaxias'.
Escribo este artículo animada y acompañada por una gran compañera de viaje interior, Leo Cabrera, de Viventi. En una de nuestras conversaciones, salió a relucir la cantidad de veces que nombro ejemplos de la primera saga cinematográfica de la “La Guerra de las Galaxias”, en relación al desarrollo humano. La mayoría habéis visto esta película y tiene un mensaje más allá de la lucha en el espacio, y es que cada personaje refleja una parte de ti.
Se ha escrito mucho sobre esto y no soy la primera ni la única en hacer una comparación con la psicología y el mensaje de la película con la teoría de Carl Jung, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis. Lejos de meterme en la teoría de Jung (cosa que por otra parte me apasiona) lo que deseo con este artículo es trasmitir innumerables mensajes que se dan en la película para reflexionar y pensar y en especial de lo que quiero hablar es de la lucha contra el lado oscuro, que está representado en su máximo exponente como “Darth Vader”, siendo también el padre.
Cada uno de los personajes de la Guerra de las Galaxias representa un “arquetipo” que está en nosotros. El héroe: que es Luke Skywalker, representa el YO. Todos nos identificamos como el héroe. El héroe es guiado por un Viejo Hombre Sabio. Este anciano es Obi Wan Kenobi, que tras su “muerte” es sustituido como maestro por Yoda. Una vez terminado el periodo de aprendizaje de Luke, y llegado el equilibrio de su madurez, ambos mentores, ya “muertos”, se convierten literalmente en parte de él.
En el conflicto interior de la persona existen muchas veces dos bandos o una lucha de oponentes, que genera mucho sufrimiento: El deseo de salir a la calle y el miedo de salir. El deseo hacia algo placentero y las normas morales que lo prohíben. El lado que nos hace sentir culpables por algún acto y el que nos dice que fue la única opción que tuvimos... Y la persona está en el centro de estos dos extremos, como el héroe que lucha por salir victorioso de la batalla a la que el destino le arrastra. La Guerra entre el bien y el mal, entre lo que quiero y lo que debo, entre quién soy y quién me gustaría ser, entre estar contento y estar triste, entre la desaprobación y la aquiescencia...
En definitiva piensa que las dos partes eres tú y que como bien dicen en la película “la guerra no lo hace a uno más grandioso”.
Abraza las dos partes. Abraza el miedo, abraza el deseo, abraza el dolor. Sólo abrazando tu lado oscuro llegarás al crecimiento y a la sabiduría. Tu lado oscuro es también tu padre interior, el que te regaña, el que te amedrenta, el que odia, en definitiva el Darth Vader de cada uno de nosotros.
Abrazar el Lado Oscuro no significa que te pases al otro bando. No significa que desees el miedo o el dolor. Significa que aceptas que en la vida existe el dolor, el miedo, la ira, la tristeza, la oscuridad... como partes necesarias de nosotros. Y existen porque existe también la alegría, la diversión, la luz... No hay una cosa sin su opuesta. No puedes ser una persona valiente si no hablas de Miedo. No puedes ser sincero si no existe la mentira. No puedes ser antipático si no conoces la simpatía… Las dos cosas , los dos bandos… o como decimos en Psicología Analítica de Jung… LAS DOS POLARIDADES, HABITAN EN TI… Abrázate
