Pongamos una persona que no recibió cariño en su niñez y eso le pasa factura hoy emocionalmente en sus relaciones y por eso viene a terapia. El simple hecho de saber y tomar conciencia de que para él o ella es difícil moverse en el cariño y que, su pasado no lo puede cambiar pero tampoco definir, será un gran trabajo terapeutico.
La terapia no consiste en “ cambiar” y ser otro. Consiste en poder contemplar y saber andar por donde nos toca.